Digan lo que digan, soy y seguiré siendo una fanática de las viejas tecnologías de comunicación. Para
mí no hay nada como el “cara a cara”, el contacto humano con todas sus
imperfecciones y su inhabilitado “Ctrl + Z” lo que hace que cada encuentro sea único
e irrepetible, en fin de cuentas: humano. Pero aquí estoy, preparándome para
ser profesora de lenguas e intentando hacerlo lo mejor posible. Entonces es
inevitable hacer cuentas con la realidad y la invasión más o menos feliz de las
nuevas tecnologías en la vida de nuestra sociedad occidental es innegable. ¿Cómo
hacer para seguir la corriente sin perder de vista mi propia individualidad,
creencias y preferencias? Hace unas pocas semanas me llegó un mail del CCCB de Barcelona, uno de los centros de arte y cultura más importantes
de España, cuyo rayo de acción e influencia
lo coloca en la lista de los más
importantes del mundo. En el mail me informaban sobre una conferencia- taller para
el 21 de marzo propio sobre el tema de la educación de cara a las nuevas tecnologías,
al interno de la programación del CCCB LAB. Este departamento se encarga especialmente de
la investigación sobre la acción y el desarrollo de nuevos formatos y géneros en
el ámbito cultural. La charla y el taller tenían por título “Hacia una
educación creativa” los ponentes de la charla eran expertos en educación y creación
digital (Sergi Jordà, Nik Gaffney y
Lali Bosch) y el debate trataba sobre la necesidad de un cambio de paradigma
en la educación correspondiente al cambio de paradigma global que está viviendo
la sociedad en su conjunto en el presente momento histórico. Hasta aquí se
podría pensar que se trató de un poco más de lo mismo: teoría, teoría y más
teoría, para un caldo de expertos en grado de satisfacer solo el hambre de sus semejantes.
Pero aquí viene lo bueno, que es lo que quería compartir en este blog: el
taller. Mi idea era la de poder contarles aquí mi experiencia en este
laboratorio de profesores y personas de alguna u otra manera involucradas con
la educación, neófitos y nouvinguts
en el mundo de las tecnologías. Esto justo porque mi espirito tradicionalista
de lápiz, borrador y pizarra, me lleva a
necesitar involucrarme con todos mis sentidos en las cosas. Hice todos los
trámites para poder tener plaza en el taller (al que podía acceder solo un
número restricto de personas) y hasta obtuve que me admitieran. Desafortunadamente
cuando llegó el dichoso día del taller no me pude presentar por compromisos a
los que atender en la burocracia sorpresiva de mis estudios del máster y con
mucho pesar, tuve que escribir a Germá Sebastiá para disculparme por mi
imprevista falta de participación. Desilusionada quise cambiar el tema de mi
entrada de blog pero al final decidí que podía contarles, aun sin la parte
vivencial y directa que me hubiese gustado, de qué se trataba y sobre todo
dejarles el dato para que estén pendientes de nuevas ocasiones que se puedan
presentar para participar tanto en el CCCB como en otros centros de cultura,
allá donde quiera que vayáis a buscar vuestro destino (yo de momento estoy aquí
que es dónde está mi corazón).
Entonces el taller:
Las preguntas de un
millón de dólares que planteaba el taller eran (el pasado se refiere al taller
ya que las preguntas siguen vigentes):
- ¿Cómo podríamos aprovechar las tecnologías digitales para educar en
y para la creatividad?
- ¿Cómo podrían éstas ayudarnos
a desarrollar una educación que potenciara la exploración y la creación, y
que antepusiera la búsqueda y el descubrimiento de problemas y preguntas
interesantes, por encima de la formulación de respuestas unívocamente
correctas?
- ¿Cómo podemos hacer para que los profesores pierdan el miedo a usar
las nuevas tecnologías”?
El encuentro
creativo, como me gusta pensar que fue, tenía una duración de 4 horas más otra
hora en la tarde en la que se preveía una puesta en común de la labor práctica
hecha durante la mañana. Tras la presentación de algunos casos de propuestas
educativas que hacen uso de la Web 2.0 y 3.0 se creaban los grupos de trabajo
en base a los diferentes objetivos, intereses o especialidad de los
participantes. Lo más interesante es que los grupos podían elegir la creación
de un diseño conceptual de alguna aplicación para un uso creativo de la
tecnología en el aula, para luego presentarlo al resto de los participantes y
recibir su feedback. Todo esto con la ayuda y el suporte técnico de los
ponentes de la conferencia quienes en este caso tenían que cumplir con la difícil
misión de demostrar la viabilidad de la promesa que es tan fácil “cómo hacer
clicar aquí y después allá”.
Les dejo con:
1. Una entrevista a Sergi Jordà, uno de los participantes del taller, investigador en el Grupo de Tecnología Musical de la UPF y experto en HCI (interacción persona ordenador) y media art sobre el auspicio de una verdadera Revolución Educativa y
2. Con un video en el que Juan Isua, encargado del CCB LAB, explica las funciones de este espacio abierto a lo nuevo:
1. Una entrevista a Sergi Jordà, uno de los participantes del taller, investigador en el Grupo de Tecnología Musical de la UPF y experto en HCI (interacción persona ordenador) y media art sobre el auspicio de una verdadera Revolución Educativa y
2. Con un video en el que Juan Isua, encargado del CCB LAB, explica las funciones de este espacio abierto a lo nuevo:
Entonces:
con la página del CCCB ya que continuamente se proponen actividades prácticas, concretas y reales además de la posibilidad de compartir con otros profesionales del campo, quizás con más o menos experiencia, pero siempre con las mismas inquietudes.
No hagan como yo que
me quede con unas ganas….
Karla L.
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